(El abrazo como puente que nos lleva de la estrechez a la Holgura)
Quiero agradecerle al Camino de la Vida vuestra presencia y existencia, pues sois la expresión del gran regalo que supone mi búsqueda del sentido y del despertar a la Vida; en la búsqueda de la Verdad vosotros sois parte esencial del caminar diario, donde el Camino ha preparado nuestro encuentro.
Es una gran alegría saber que la verdadera búsqueda del despertar a la Vida sigue viva en vosotros y en mí, todo gracias al Hataraki (acción transformadora y vivificadora) del Camino.
Nuestro esfuerzo activo (hataraki) está mereciendo la pena, pues supone una especial base sólida para emprender un caminar seguro y firme, capaz de dar cabida a todos los buscadores de la Verdad que quieren despertar a la Vida.
La frase “Luces del Camino son el Hataraki de la Vida”, siempre me ha impresionado, pues durante más de 30 años, mis maestros de Japón me han insistido en la Luz y Acción del Camino; ellos me decían que, en realidad, las Luces del Camino son los dones por los que el Camino va derramándose en nosotros de forma gratuita, con el fin de guiar e iluminar nuestros pasos para que por fin despertemos a la Vida o Satori.
Gracias por dejar que el mismo Camino os ilumine en vuestro largo, seguro y sincero caminar; gracias por dejar que os encuentre la voluntad del Camino, esa voluntad del Camino es la mejor y más segura de las Luces que ofrece el mismo Camino; yo quiero y deseo que siga así.
Quiero y deseo que al mismo tiempo que esa iluminación o despertar a la Vida se os da como don a vosotros, también pueda iluminar a todos los que os rodean, ya que se ha perdido cierta luz. Quiero y deseo que vuestra luz sea visible y sea puente para la iluminación de todos.
Os doy las gracias por seguir adelante, os estoy muy agradecido porque vosotros habéis producido un milagro, el milagro de que sigan existiendo las personas auténticas.
Vosotros sois un gran aliciente para mí, sois las personas que yo esperaba desde hace muchos años. Este encuentro es un regalo muy especial, pues siempre hay que dejar en otras manos lo que nos han dado. Además de la teoría hemos trabajado con mucho esfuerzo la práctica, todo ello supuso un gran trabajo para que no se desvirtuaran las enseñanzas antiguas.
Es bueno emprender el caminar acompañado, ya que es fácil perderse en la nada o creer que no se adelanta. Por esto debemos buscar la dirección correcta del Camino y “Buscar a quien nos hace buscarle”. Pero no tenemos que quedarnos en la calma, hay que seguir más adelante, hay que ayudar a los demás, dar la mano a otros, y allí seguir más todavía.
En nuestro caminar, juntos aprendemos que es necesaria la fe en la Vida del Camino, pues el Camino “ni se cansa ni descansa” con su Hataraki (acción transformadora y vivificadora); pero también debemos tener la total seguridad de que la Vida del Camino “no dejará a medio el trabajo emprendido contigo y conmigo”.
Es por tanto esencial que la enseñanza del Camino, no se quede solamente en el mero acumular conocimientos, sino que, a través de nuestro esfuerzo activo (hataraki), y del Camino, sigamos ahondando más y más, y esto solo se puede dar dándonos a los demás.
Espero desde el fondo de mi corazón que esta carta de Navidad os ayude por ser personas buscadoras de la Verdad, igualmente que también me ayude a mí y a nuestras familias.
Pedro Vidal López
(2022, diciembre)